miércoles, 17 de abril de 2013

21. Y entonces la primavera...

Esta semana me ha hecho recordar lo mucho que detesto la primavera y el verano, son las peores épocas del año, o al menos sí lo son para mí. Este calor infernal es lo que más detesto en este mundo, bien podría yo vivir todo el año en otoño o en invierno, porque a diferencia de muchos otros, yo amo el frío y las temperaturas bajas jajaja y todo esto tiene una explicación.
 
Desde muy pequeña recuerdo que cuando salía de vacaciones a la playa o a lugares muy calurosos con mi familia me salían unas pequeñas ronchitas detrás de las rodillas y en mis brazos que me causaban muchísima comezón y ardor; era horrible saber que cuando íbamos a salir de vacaciones era en automático pensar en comezón y ardor. A la fecha me sigue ocurriendo no sé si en mayor o menor intensidad, yo digo que es relativo, ya que de pequeña era en los dos brazos y detrás de las dos rodillas, ahora sólo me sucede en un brazo y sólo cuando voy a la playa me salen en las piernas, pero eso sí, actualmente en el brazo es una comezón mucho más intensa que cuando era pequeña, por eso digo que es relativo.
 
Hace 3 años, en el verano, me salieron unas pequeñas ámpulas en las manos y en los pies lo cual causó en mí muchísimo terror porque jamás me había pasado; mis papás me llevaron a un hospital a urgencias y me tuvieron ahí por un buen rato, resultó ser una alergia por lo que me mandaron medicamento, pero a la vez también tenía que ir con una dermatóloga.
 
En esa semana corrí con una dermatóloga y ella me diagnóstico una cosa llama dermatitis atópica, es una especie de alergia que tenemos las personas de piel sensible, se debe a muchos factores, en mi caso al polvo, a las telas que no son de algodón, a algunos productos con alcohol o aromáticos como los jabones o las cremas, al calor y al horrible sol, y a una infinidad de cosas que creo que no podría acabar pero que me han sido contralas con medicamento, sobre todo con pomadas y bloqueadores solares, evidentemente tengo que evitar estar en el sol o estar en lugares calurosos.
 
Esto me ha causado muchos problemas porque, como lo dije al inicio, cuando mi familia decide salir de vacaciones, es por lo regular a la playa y para mi playa es igual a calor, sol, comezón, ardor y dolor. Aquí en la ciudad cuando llega esta época del año la única alternativa que me queda es usar algún suéter aunque me esté muriendo de calor, obvio utilizo mis pomadas y bloqueador pero aún así es inevitable el que me salgan mis ronchitas en mi brazo, algunos días en la semana no me pongo suéter o me lo quito, pero eso implica estar en peligro de que la dermatitis atópica haga de las suyas.
 
En fin, como está escrito al inicio, detesto la primavera y el verano, por ahora sólo me queda esperar medio año a que llegue el otoño y así poder librarme un poco de mi alergia.

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