Hace ya algunos meses que había escuchado hablar del Museo
del Juguete y siempre tuve curiosidad de visitarlo. El jueves 28 de marzo mi
mamá y yo decidimos ir al museo, así que buscamos la dirección y nos dirigimos
a él.
Primero tomamos el metro en la línea 8 dirección Garibaldi,
hasta la estación Obrera; saliendo de él teníamos que caminar dos calles hacia
el norte; una vez que llegamos a la avenida Dr. Olvera fue muy fácil encontrar el
museo pues es el único edificio que cuenta con tal decoración al exterior.
Pagamos a la entrada $25 por persona, y por cada dos boletos estaban regalando
una cortesía para la próxima visita, también nos dijeron que el museo contaba
con alrededor de 45 mil juguetes divididos en cinco salas.
Comenzamos el recorrido y fue inevitable la cara de
felicidad de mi mamá, yo sé que ver tantos juguetes le hizo recordar su
infancia, y es que en la gran colección existen piezas pertenecientes a finales
del siglo XIX y hasta los primeros años de este nuevo siglo. Conforme íbamos
avanzando mi mamá me iba contando los recuerdos que llegaban a su mente, como
el hecho de ver las cajas de cartón de los juguetes que tenían sus hermanos
(mis tíos) y me contaba de los juguetes que les traían los Reyes Magos.
La sala que más me gustó fue la segunda, ya que en ella
había una exposición temporal de Barbie, en las vitrinas había muñecas de la
década de los setenta, después de los ochenta, de los noventa y finalizaban con
una vitrina de Barbies de colección. En esta sala me gustó ver el cambio físico
de cada una de las muñecas, desde sus facciones hasta el tipo de ropa que les
confeccionaban. Algo que me encantó fue que en la parte de la década de los
noventas había toda una vitrina especialmente de Barbies "negritas",
de esas que ninguna niña quería tener, y me incluyo; en ese momento pensé el
algo irónico, pues actualmente la Barbie "negrita" está fuera de
producción exactamente porque nadie las quiere, pero no se diga las dichosas
"Monster High" inspiradas en personajes de terror, que a mí parecer
están más deformes que Barbie y que por cierto son de colores, entonces
entramos en un gran dilema ¿qué no?
Pues bien, infinidad de cochecitos, trenes, muñecas,
personajes de películas y de televisión, luchadores (El Santo), triciclos,
bicicletas, libros de cuentos, historietas, juegos de mesa y muchos, muchísimos
objetos más están en este encantador museo. Lo único desfavorable es que le
hace falta mucho mantenimiento a las instalaciones, es un edificio bastante
viejo y muy descuidado, de hecho hay mucho polvo y muchas telarañas en las
diferentes salas.
"Yo crecí con estas estampas" - Frase de mi mamá. |
Barbies "negritas" |