Han pasado ya casi tres meses desde que acabé la licenciatura, hace cuatro meses que terminé de escribir mi tesis, cuatro desde que regresé de mi segundo viaje a Canadá... pero no sólo eso, ya pasaron también cuatro meses desde que acabé (oficialmente) mi servicio social, mis 480 horas más felices en un empleo -evidentemente no pagado-, y tan sólo 2 meses desde que acabé mi servicio social (no oficial), después de estar cerca de 604 horas en un museo que para mí es especial, único, magnífico, el Museo Memoria y Tolerancia.
Pero no es lo único que ha pasado, también hace justo un mes que entregué mis papeles para liberar mi servicio social, hace un mes que entregué mi tesis en el área de titulación y tan sólo tres semanas desde que asignaron a mi jurado... Desde entonces he sentido nervios, emoción, estrés, desesperación, felicidad, en fin...
Desde que acabé mis 480 horas de servicio social (octubre 11), me ofrecieron empleo para los fines de semana realizando las mismas actividades, lamentablemente desde entonces estuve en espera para firmar contrato y no hubo señal alguna para que ésto se llevara a cabo; finalmente decidí que si terminaba el mes febrero y no me hablaban, entonces yo ya no movería ni un dedo para regresar aunque me muriera de las ganas de estar ahí.
Ayer en la noche estaba tranquilamente viendo una película con mi sobrino, cuando de repente empezó a sonar mi celular, lo más extraño es que si alguien me habla y es un número que no tengo registrado o no conozco, no suelo contestar, pero anoche lo hice, la sorpresa fue que me hablaron del museo y me pidieron pasara el día miércoles por la mañana para platicar acerca del prometido empleo y en su caso, firmar contrato.
Estoy muy feliz porque por fin podré volver al museo, yo amo estar en él, en las salas, en los foros, en todos lados, es un espacio en el que pasé momentos inolvidables con muchas personas y que lo hace aún más mágico.
Finalmente considero que después de cerrar un ciclo como estudiante, al estar a no más de dos meses de titularme, al haber acabado también mis clases de catalán, y después de esperar dos meses para volver al museo, es momento de empezar un nuevo ciclo, en el que la realidad me obliga a buscar un empleo más serio y dedicado a mi licenciatura; por el momento, espero estar un rato en el museo y seguir disfrutando de ese lugar que tan feliz me hace.
